15 DE JUNIO: VOTO EN BLANCO POR LA DEFENSA DEL TERRITORIO
La elección de Oscar Iván Zuluaga y Juan Manuel Santos, quienes disputarán la presidencia de la República de Colombia el 15 de junio de 2014, ratifica que se impuso la “cultura mafiosa” donde las nuevas pautas de consumo impuestas por el capital y el narcotráfico continúan influyendo en la configuración del régimen político, autoritario, antidemocrático, clientelista, narcocapitalista, paracoterrateniente, donde el Estado cumple la función de garantizar el control corporativo de nuestros territorios por parte de las empresas transnacionales, mercantilizado la naturaleza y la vida humana, destruyendo la vida planetaria por el afán de lucro de una minoría que se ha apropiado de la gran mayoría de nuestras riquezas y bienes públicos.
Zuluaga y Santos obtuvieron únicamente 7’061.786 votos equivalente al 21.4% del potencial de sufragantes (32´975.158). De esta población el Partido Conservador obtuvo el 6%, el Polo Democrático Alternativo, el 5.9% y la Alianza Verde el 3.2%. La abstención el 61% y el Voto en Blanco el 2.4% que logró superar significativamente la votación obtenida en el 2010 al pasar de 223.977 a 770.610 en el 2014.
Un antecedente muy importante del Voto en Blanco se registró en las elecciones atípicas para la gobernación del Huila en el 2013, donde obtuvo cerca de 80.000 votos frente a 120.000 de la Alianza de todos los partidos, incluido el Partido Verde. En esta oportunidad, el Voto en Blanco fue la expresión de la lucha de resistencia por la defensa de los territorios y contra la política minero energética impuesta por la fuerza por los gobiernos de los presidentes Uribe y Santos.
Cabe destacar que esta tradición se mantiene en el Municipio de Piedras, donde el Voto en Blanco se impuso como expresión de lucha contra la megaminería, sumada a una abstención del 90%.
En el Huila, las movilizaciones que desde hace 5 años realiza Asoquimbo contra el Proyecto Hidroeléctrico El Quimbo y por una Zona de Reserva Campesina, la explotación petrolera en el Páramo de Miraflores, el Plan Maestro de Privatización de río Magdalena y nuevas represas, sumadas a las recientes marchas por la defensa del río Las Ceibas en Neiva y el Paro Campesino contra los Tratados de Libre Comercio continúan siendo fuentes del voto en blanco y su incidencia para que la izquierda democrática haya logrado incrementar su potencial electoral en las elecciones del 2014, ubicándose en un segundo lugar.
En la reciente coyuntura electoral, el voto en Blanco se erigió además, como expresión de resistencia contra la “cultura mafiosa” que encarnan Santos, Zuluaga, el Partido Conservador y la Alianza Verde que defienden el modelo extractivista financierista por despojo y, en consecuencia, el control corporativo de nuestros territorios imponiendo políticas neoliberales como la “confianza inversionista” mediante exenciones tributarias, cargo por confiabilidad, flexibilización laboral; “seguridad democrática”, incrementando los batallones energéticos, falsos positivos, represión y judicialización de las protestas sociales, mermeladas, chuzadas y “seguridad jurídica” donde los códigos mineros, las legislaciones ambiental y laboral, las Licencias para la explotación de todos nuestros recursos son decididos a favor de dichas corporaciones. Todas estas decisiones se materializan en las Locomotoras del desarrollo minero energéticas y los agronegocios que comparten sin distinción el Partido de la U, Centro Democrático, Conservador y Verde.
Coherente con lo anterior estamos convencidos de que el cambio del Régimen Político implica una lucha político-pedagógica contra el modelo neoliberal y la cultura mafiosa. Y esa lucha es posible si desde nuestros territorios continuamos enfrentando la mercantilización de la vida, la naturaleza y el Ser Humano para evitar sigan siendo materia prima de las corporaciones ecocidas y genocidas del capital.
Para las elecciones del 15 de junio, Asoquimbo, ratifica su decisión de hacer del VOTO EN BLANCO una expresión por la defensa de la vida, nuestros territorios, la biodiversidad natural y genética, contra la política minero energética y los agronegocios del Gobierno y la cultura mafiosa, por la convivencia con justicia social y ambiental y como una oportunidad de avanzar en la construcción de un nuevo Sujeto Político Ecosocial Plural capaz de autogobernarse y de establecer una nueva relación con la naturaleza para el Buen Vivir.
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