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Miller Armín Dussán Calderón

FORO: RÍO MAGDALENA: FULYE LA VIDA, LANZA LA ATARRAYA

FORO:  RÍO MAGDALENA: FULYE LA VIDA, LANZA LA ATARRAYA

El 21 de noviembre de 2024 se realizó el Foro sobre el Río Magdalena en el Archivo General de la Nación, convocado por la Fundación Alma con el Objetivo de “Promover un diálogo biocultutal alrededor del Río Magdalena que proyecte acciones para salvaguardar la riqueza de sus acuarios”

Con la participación de organizaciones, especialmente de Pescadores Artesanales de las Cuencas del Río Magdalena, de Investigadores y de Instituciones del Estado, el foro#mce_temp_url# se desarrolló en 3 paneles: 1) Visiones del Río Magdalena 2) Biodiversidad: uso y manejo de comunidades 3) Memoria del Río.

El Coordinador del Macroproyecto Institucional Defensa Territorial de la USCO, Miller Dussán, compartió sus reflexiones sobre Memoria del Río con Juan Carlos Gutiérrez, Subdirector Fundación Alma y Rosario Arias Subdirectora Archivo General de la Nación, con la moderación de Giovanni Ulloa. Se destacan algunos aspectos de la ponencia:

Desde hace varios siglos los Panches se definían sobre todo como hombres del río, como hijos del río. ¡Somos el Río!, cosmovisión que recuperó el escritor William Ospina, después de un ritual en la Maloca Yanacona, San Agustín que dio inicio a la Movilización El Río de la Vida (2015) impulsada por Asoquimbo (2009) y el Movimiento Social Defensores del Territorio: Nosotros no sólo somos los defensores del río: nosotros somos el río. “No hay agua sin mares que se evaporen, sin bosques que fundan nieblas, sin páramos que condensen la humedad, sin humedales que filtren, sin ciénagas que oxigenen. El agua no es un líquido, no es solo un elemento, el agua es un sistema, y en Colombia es el mejor ejemplo que se puede mostrar de como el territorio puede estar configurado con una inmensa fábrica de agua. Pero Colombia también es el mejor ejemplo de cómo un país puede ignorar su realidad más profunda, y dormir sobre un tesoro como el dragón del cuento, sin aprender a qué se debe este tesoro, sin saber cómo protegerlo”.

La Movilización el Río de la Vida #mce_temp_url#se realizó desde el Macizo Colombiano hasta la Dorada contra el Plan Maestro de Aprovechamiento del río Magdalena, que se propone privatizar el río para megaproyectos de generación de energía, 17 represas (7 más para el Huila, 4 de ellas en la Región del Macizo) y transporte de carga que atenta contra la soberanía nacional al entregar el Magdalena, nuestro principal Bien Público, a corporaciones transnacionales para la acumulación de capital a través del despojo y el ecocidio. Resultado de la movilización fue detener la construcción de nuevas represas. 

“Los peces tendrán que aprender a caminar sobre la tierra porque las aguas se acabarán, sentenció el capitán Iturbide al referirse a la manera como las tripulaciones de los barcos hacían destrozos en los bosques de las riberas del río Magdalena para alimentar las calderas de vapor. Quizá sí, porque contrario al capitán Iturbide, en muchos tramos del río los peces ya no necesitan aprender a caminar sobre tierra porque son los peces mismos los que están dejando de vivir ante las aguas represadas”. Casos Represa Betania Y Quimbo.

Es un hecho que “el Rio de la Vida” está moribundo. La totalidad de la tierra útil de las riberas es propiedad privada.  La pérdida gigantesca de los conectores naturales y sus ecosistemas locales y territoriales. La contaminación de las aguas por las actividades extractivas minero energéticas (represas de Betania y El Quiimbo), los Proyectos REDD y la estafa de los bonos de carbono en el Macizo#mce_temp_url# Colombiano y las aguas residuales afectan todos sus afluentes y destruyen los ecosistemas, la productividad tradicional y cultural ancestral de los pueblos ribereños, la destrucción de la riqueza ictiológica, el caso más emblemático, es el bocachico, la pobreza extrema y la exclusión de la gran mayoría de la población que vive en el hábitat del río Magdalena, es uno de los complejos problemas que se debe resolver, los 72 proyectos mineros que atentan contra los principales afluentes del Magdalena, Invasión Aguacatera en la Región del Macizo que ampliaron la frontera agrícola  en una zona estratégica de protección ambiental, no cesa la violencia contra los líderes sociales, especialmente los defensores de los derechos de la naturaleza.

García Márquez, en sus memorias, (2002) reafirma la destrucción anunciada que ya había trabajado en sus novelas y que ahora ni el amor parece poder revertir: “Hoy el río Magdalena está muerto, con sus aguas podridas y sus animales extinguidos. Los trabajos de recuperación de que tanto han hablado los gobiernos sucesivos que nada han hecho, requerirían la siembra técnica de unos sesenta millones de árboles en un noventa por ciento de las tierras de propiedad privada, cuyos dueños tendrían que renunciar por el solo amor a la patria al noventa por ciento de sus ingresos actuales. Valdría la pena preguntar cuáles serían los propietarios que tendrían la amabilidad de ceder el 90% de sus tierras sólo para sembrar árboles y renunciar en consecuencia al 90% de sus ingresos actuales”.

Un Grupo de Ambientalistas y Defensores fundamos la  Cooperativa “Salvemos el Río Magdalena” en Ibagué Tolima (2024) y  nos sumamos a  diversas organizaciones y movimientos socioambientales como la COP Alternativa y Participativa que previamente construyó  la Mesa Nacional del Río Magdalena, sus afluentes y cuencas hídricas del país, la COP Divergente, entre otras, que coinciden en la necesidad de promover diálogos alternativos que desborden  la “Ronda de Negocios” (COP 16), sobre la disputa geopolítica por el control de la biodiversidad; el proyecto militar en la Isla Gorgona, la militarización de la Amazonía; el modelo agropecuario azucarero; la Guajira y falsas soluciones energéticas; la problemática ambiental del río Cauca y del río Magdalena; el extractivismo minero energético y transiciones energéticas corporativas, la mercantilización y financiarización de la biodiversidad, el canje de deuda por naturaleza, expresión del coloniaje financiero, los Proyectos REDD y la farsa de los créditos de carbono que desterritorializan a las comunidades campesinas y étnicas y atentan contra la soberanía alimentaria; y resistiremos por la Defensa de nuestros Territorios, el autogobierno, la autodeterminación y la autonomía, y, especialmente, la recuperación y protección de las cuencas de los Ríos y la necesidad de impulsar un Gran Movimiento Popular pro Defensa del Agua y Foros Planetarios Autónomos de Comunidades. 

Desde la Fundación, el escritor William Ospina, compartió en la en la Zona Verde de la COP16 el texto “Para pedirle al río que nos salve”#mce_temp_url# donde expresó “Como tantos grupos en toda Colombia, llevamos mucho tiempo preguntándonos cómo salvar el río Magdalena. Un río que alguna vez fue la muestra palpable de la vitalidad del territorio, ahora corre como un desagüe de todos nuestros errores y nuestras profanaciones. El río está casi muerto y eso es apenas una señal de la crisis tan profunda que atraviesa nuestro país”.

“Pensando todo esto me digo que tal vez cometemos un error al afirmar que nuestra tarea es salvar el río, porque más bien ha llegado la hora de pedirle al río que nos salve. Pues lo que está en peligro en el fondo no es el río, lo que está en peligro no es el mundo, lo que está en peligro somos nosotros: el horizonte total de la vida de la que dependemos”. Ya desde Neiva el río empieza a morir, primero por los sucesivos embalses de Betania y El Quimbo, pero después con las aguas negras que vienen de las ciudades y de los pueblos, aunque todavía en Natagaima uno siente que el río tiene vida. Lo que pasa es que más tarde, a la altura de Flandes, cae sobre el río Magdalena el tributo terrible de todos los jabones y detergentes de dos millones de hogares de la capital de la república, sumado al miasma de las curtiembres y a los desechos industriales, toda la contaminación de una ciudad inmensa que baja por el río Bogotá, y por eso el río que pasa por Ambalema y por Honda ya es casi un río muerto, aunque todavía no le han llegado los residuos industriales de la zona petrolera, ni el renovado aporte de mercurio de las mineras, ni el torrente final del río Cauca, que trae los desechos de la otra vertiente”.

Desde la fundación se proponen tareas que emprender para pedirle al río que nos salve…en primer lugar hay que visitar al río, hay que volver al río. “Existen tareas técnicas especializadas en la limpieza como esponjas químicas para retirar los metales pesados y las materias detenidas en su lecho, hay que retirar venenos, basuras, escombros, sustancias peligrosas, y emprender una labor inmensa de limpieza del río, pero también hay que avanzar en la enorme tarea de reforestar sus orillas… pero más difícil que limpiar el río es impedir que siga contaminándose para lo cual es fundamental una inmensa revolución de las costumbres, que haga que nuestra cultura no pese tanto sobre la naturaleza, que nuestros hábitos de producción y de consumo no alteren tanto el equilibrio del mundo”.

Desde la Mesa Nacional del Río Magdalena se realizó una Velatón Nacional y Encuentros en Municipios de las tres Cuencas del Río Magdalena y se consensuó una Agenda que se desarrolló en la COP Alternativa en Cali desde el 21 de octubre hasta el 2 de noviembre.

Producto de la COP Alternativa es el Manifiesto por la Unidad #mce_temp_url#de los Pueblos que se oponen a la mercantilización de la Naturaleza. Por una Verdadera Paz con la Naturaleza! (COP-Alternativa por la defensa del agua y contra el extractivismo) donde se incluye:

 

1) A Causa del capitalismo vivimos una crisis civilizatoria que coloca en peligro la propia subsistencia de la vida en el planeta.

2) El extractivismo desplaza poblaciones, destruye la naturaleza e impulsa la guerra interna.

3) No al “Canje de deuda por Naturaleza”.

Se priorizaron como líneas de acción:

▪ La confrontación al extractivismo con movilizaciones unitarias en ríos, cuencas, páramos y humedales urbanos. La denuncia a la mercantilización de la naturaleza y a la falsa solución de “pagos por servicios ambientales” que orientan las COP y que se convierten en políticas estatales.

▪ El propugnar por una organización democrática de los territorios impulsando una economía amable con la naturaleza y el fortalecimiento de relaciones sociales solidarias.

▪ Acompañar las campañas de denuncia a la presencia de tropas militares extranjeras en nuestros territorios.

▪ Confrontar con movilizaciones unitarias las políticas de ajuste que reducen la calidad de vida de los colombiano(a)s mediante el mecanismo de la deuda pública..

Impulsar una política de paz que posibilite la democratización real de los territorios con la participación de las comunidades en la toma de decisiones y con justicia socio ambiental. Rechazo al aumento del militarismo a escala internacional, a las invasiones y las guerras que vienen causando miles de muertos como en el caso del genocidio de Gaza. La paz entre los humanos es la paz con la tierra.

De igual manera se hizo el lanzamiento de la Declaratoria #mce_temp_url#de la Mesa Nacional Cuenca Río Magdalena que contiene un Diagnóstico sobre la situación catastrófica del Rio y los Impactos causados en Cada una de las Cuencas y propuestas de las acciones a desarrollar.

Desde la Mesa de Trabajo#mce_temp_url# “Propuestas alternativas de ordenamiento para la defensa integral del Río Magdalena” Encuentro de Ríos. Tendiendo Puentes metodológicos sobre el Río Magdalena Honda, 6-9 de noviembre 2024 no solo se alertó por la crisis que está viviendo el Magdalena en sus dimensiones ambiental, social ecológica, de derechos humanos, sino la esperanza que reside en las luchas de resistencia en su defensa.

En su relatoría se refieren a 1) Críticas a las autoridades ambientales, especialmente a las corporaciones autónomas regionales.

2. El río desde sus múltiples conectividades: La conectividad ecológica, entre las aguas (entre el río y las ciénagas; entre las aguas de arriba, de las montañas, con las de abajo, del valle y de las planicies inundables), entre las aguas y los sedimentos, entre los no-humanos y entre humanos y no humanos. La conexión entre el pasado y el presente, los cambios y transformaciones ocurridos a raíz de las diversas intervenciones en el río, su cauce, sus riberas y sus complejos de ciénagas - Las conectividades sociales, a través de las prácticas y conocimiento de los territorios del río y sus ciénagas.

3. La contaminación y sus múltiples consecuencias a diversos niveles sobre la vida.

4. Violencias ambientales por el costo en vidas de sus defensores.  

5) Concluye convocando a que los ejercicios interinstitucionales adelantados para el reconocimiento de los saberes de los pescadores artesanales como patrimonio inmaterial, así como los trabajos realizados en búsqueda de la Declaratoria del Río Magdalena como Itinerario Cultural en la Lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad, incorporen de manera integral y decidida criterios ecosistémicos, sociales y de persistencias del conflicto social y armado. Además, expresa preocupación por los efectos de las grandes represas y la contaminación por metales pesados y otros químicos no medidos como los contaminantes liberados por la industria.

Cabe destacar el anuncio de la Subdirectora Archivo General de la Nación del inicio del Proyecto de construcción de la Memoria del Río Magdalena a partir del 2025 donde los actores fundamentales de la investigación serán las organizaciones sociales de pescadores artesanales.

Finalmente se convoca a conformar una coordinación nacional que logre articular a las organizaciones sociales y populares de manera amplia y unitaria en torno a Agendas y Planes de Acción Comunes en Defensa del Río Magdalena, sus afluentes y Cuencas Hídricas a partir del diálogo entre las diversas experiencias de las comunidades y los estudios académicos para potenciar las resistencias contra el extractivismo minero energético, los agronegocios, los mercados verdes y por la Justicia Socioambiental.

 

 

 

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