¡QUE VIVAN LOS ESTUDIANTES!
Foto Consejo Estudiantil USCO
Gabriel García Márquez, en Cien años de Soledad, registró con realismo mágico la Masacre de las Bananeras o el exterminio de los trabajadores sindicalizados que se levantaron contra la explotación despiadada por parte de la United Fruit Company, ocurrida entre el 5 y 6 de diciembre de 1928, durante el Gobierno de Miguel Abadía Méndez quien autorizó el envío del Ejército colombiano para poner fin a la huelga.
“-Señoras y señores -dijo el capitán con una voz baja, lenta, un poco cansada-, tienen cinco minutos para retirarse.
La rechifla y los gritos redoblados ahogaron el toque de clarín que anunció el principio del plazo. Nadie se movió.
-Han pasado cinco minutos -dijo el capitán en el mismo tono-. Un minuto más y se hará fuego.
José Arcadio Segundo se empinó por encima de las cabezas que tenía enfrente, y por primera vez en su vida levantó la voz.
-¡Cabrones! -gritó-. Les regalamos el minuto que falta…El capitán dio la orden de fuego”
Dos momentos históricos marcan el Día del Estudiante Caído o Día del Estudiante Revolucionario. Primero, el 7 de junio de 1929, cuando los estudiantes marchaban por las calles en protesta por la ‘masacre de las bananeras’ y el nombramiento del General Cortés Vargas, responsable del crimen, como jefe de Policía de la ciudad de Bogotá, fue asesinado Gonzalo Bravo Pérez, estudiante de derecho de la Universidad Nacional, quien fue ultimado por una bala de la Guardia presidencial.
25 años después en 1954, durante la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla, cuando se estaba denunciando lo sucedido en 1929, fue asesinado por la Policía el estudiante de medicina Uriel Gutiérrez. Al día siguiente, el 9 de junio participaron cerca de 10.000 estudiantes universitarios de la Nacional, la Javeriana, el Externado, el Rosario, los Andes, la Libre, la Gran Colombia, como reacción al asesinato y la respuesta de la dictadura fue contener la marcha por un batallón que abrió fuego, dejando un saldo de 11 muertos y más de 50 heridos.
Estos acontecimientos tienen un profundo significado histórico: la solidaridad de los estudiantes con los trabajadores oprimidos por el capital y contra todas las dictaduras, que se han mantenido hasta nuestros días, destacando el Movimientos por la Autonomía Universitaria, en los 70, contra el Plan privatizador de Atcon (1971) y fundamentado en el ideario del Movimiento de Córdoba Argentina de 1918; el respaldo a las marchas campesinas por el derecho a tierras y la profesionalización de los maestros; el Paro Cívico Nacional (1977) contra el Régimen Político de Alfonso López Michelsen; la creación del Movimiento Amplio Nacional de Estudiantes Universitarios MANE, contra la bancarización de la Universidad Pública del Gobierno de Santos y contra el paquetazo neoliberal del Gobierno de Duque hasta avanzar en procesos colectivos de democratización de la Universidad con propuestas de CONSTITUYENTE y el rechazo al pago de matrículas y créditos educativos -matrícula cero- como garantía al derecho a la formación integral, hasta hoy con su vinculación en la Primera Linea del Paro Nacional iniciado el 28 de Abril de 2021 y que no para, acompañando a los sectores sociales empobrecidos por el neoliberalismo y la profundización de la crisis en época de pandemia que reclaman que no les maten el futuro y resisten contra el Régimen narcoparamilitar, el terrorismo de Estado y por la construcción de espacios de democracia radical y Poder Popular desde abajo, generando múltiples formas de organización desde las barricadas, las Asambleas Comunitarias y expresiones simbólicas que visibilizan la diversidad cultural, contra la cultura mafiosa impuesta por el capitalismo.
Con Mercedes Sosa entonamos siempre “Que vivan los estudiantes. Jardín de nuestra alegría. Son aves que no se asustan. De animal ni policía”.
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