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Miller Armín Dussán Calderón

El día del trabajador: ¡Un día de rebelión, no de descanso!

El día del trabajador: ¡Un día de rebelión, no de descanso!

Publicado en huilenses.com El Portal de los Opitas

“Honorable juez, mi defensa es su propia acusación, mis pretendidos crímenes son su historia. [...] Puede sentenciarme, pero al menos que se sepa que en el estado de Illinois ocho hombres fueron sentenciados a muerte por creer en un bienestar futuro, por no perder la fe en el último triunfo de la libertad y la justicia”  Hessois Auguste Spies

Celebrar el 1 de mayo “Día del Trabajador” y recordar a los 8 Mártires de Chicago es reflexionar si ya se “perdió la fe en el último triunfo de la libertad y la justicia”.

En muchos lugares del mundo “el día del trabajador” se ha distorcionado como “el día del trabajo”. El cambio obedece al ocultamiento de la esencia del Primero de Mayo como la expresión de un sentimiento de identidad de clase obrera a nivel universal, como actor colectivo, comprometido en las luchas de resistencia contra la explotación capitalista.

El sentido histórico clasista de la huelgas obreras en EUA proviene del legado del Manifiesto Comunista, fuente teórica para la acción, acogida en 1864 por el Congreso de la Asociación Internacional de Trabajadores donde se reivindicó la lucha por las 8 horas de trabajo, el derecho a la igualdad de las mujeres y a la organización de los trabajadores en partidos para la emancipación.

Pero también del legado del anarquismo, por la libre federación de las asociaciones obreras de toda clase emancipadas del yugo del Estado, que conformó en 1880 la federación de organizaciones de sindicatos y trade unions en EUA y en 1884 aprobó una resolución que establecía las ocho horas de trabajo a partir del primero de mayo de 1886, mediante la huelga general en todo EUA. Ya desde 1885 circulaba de mano en mano entre los trabajadores de este país un comunicado impreso que decía: "¡Un día de rebelión, no de descanso! (...) Un día en que con tremenda fuerza la unidad del ejército de los trabajadores se moviliza contra los que hoy dominan el destino de los pueblos de toda nación. Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Un día en que comenzar a disfrutar ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana".

Es un día de protesta contra la explotación capitalista de los “sepultureros de la burguesía”, el proletariado, como los denominó Carlos Marx.

Fueron precisamente los anarquistas George Engel, Samuel Fielden, Adolf Fischer, Louis Lingg, Michael Schwab, Albert Parsons, Oscar Neebe y August Spies, miembros de la Asociación Internacional del Pueblo Trabajador, quienes dirigieron las huelgas que el 1º de Mayo de 1886 lograron la paralización de cerca de 12.000 fábricas en los EEUU. Y por esa razón fueron sentenciados a la horca en un juicio manipulado acusados de “complicidad de asesinato” aunque nunca se les pudo probar. La condena obedecía a lo expresado por el mismo fiscal Grinnel : "La ley está en juicio. La anarquía está en juicio. El gran jurado ha escogido y acusado a estos hombres porque fueron los líderes…Señores del jurado, condenen a estos hombres, denles un castigo ejemplar, ahórquenlos y salven nuestras instituciones, nuestra sociedad".

Con el neoliberalismo y el supuesto fin de la historia y de las ideologías también se “perdió la fe en el último triunfo de la libertad y la justicia” por parte de organizaciones y líderes de izquierda que renunciaron a la confrontación clasista y optaron por las ideas de la democracia liberal y el pragmatismo.

Hoy, ante el dominio corporativo transnacional y la mayor concentración de capital a través de la acumulación por despojo de comunidades de sus territorios y la catástrofe ecológica, renacen las luchas de resistencia de obreros, campesinos, indígenas, afrodescendientes contra la mercantilización de la vida, el consumismo y el productivismo, rescatando el ideario emancipatorio y el compromiso de los Mártires de Chicago que sacrificaron sus vidas “por el establecimiento de un sistema social donde sea imposible que mientras unos amontonan millones otros caen en la degradación y la miseria”, como lo expresó George Engel después de haber sido sentenciado a la horca. Loa a estos Mártires.

 

 

 

 

 

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