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Miller Armín Dussán Calderón

EL MACIZO COLOMBIANO: DISPUTA POR EL CONTROL TERRITORIAL

EL MACIZO COLOMBIANO: DISPUTA POR EL CONTROL TERRITORIAL

Foto. Movilización "El Río de la vida"

En la disputa por el control del Macizo entre el Estado asociado al Capital y la Defensa del mismo por los movimientos sociales se expresan dos visiones: la ecorregión y el territorio hidrosocial.

La Segunda Expedición Técnica y Científica al Macizo Colombiano, realizada en 2015, buscó incidir en la promulgación del documento CONPES 3915 (16 de enero/2018) que establece que éste ecosistema es una “ecorregión” y “una región estratégica para el país. La convergencia orográfica, [... la riqueza ecosistémica y su tipo de suelo generan...] condiciones especiales que favorecen la regulación hídrica y el mantenimiento de una alta riqueza biológica, paisajística y cultural”.

El CONPES Macizo es producto de los Planes Nacionales de Desarrollo a partir de los gobiernos de Uribe y Santos, marcados por la presencia de grandes multinacionales mineras avaladas por el Estado y por la implementación de los denominados “objetivos del desarrollo sostenible” y establece tres estrategias relacionadas con la protección, recuperación y manejo de los ecosistemas, consolidar sistemas productivos sostenibles y fortalecer la gobernanza del Macizo a través de las Alianzas Público Privadas para el logro del “crecimiento verde”, razón por la cual, este modelo de ecorregión se reduce a mitigar daños ambientales producto de actividades agropecuarias y minero-energéticas, legales e ilegales y su mayor preocupación es la apropiación de las funciones de la naturaleza como el ciclo hídrico y el aire, que son Bienes comunes, a nombre de  “servicios ecosistémicos” para el control territorial lo que implica despojo y ecocidio.

Para los movimientos campesinos e indígenas, especialmente del Cauca y Nariño, la lucha por el territorio es una acción cultural por la autonomía y autodeterminación. No reconocen las expediciones ni el CONPES como espacios de conocimiento y reconocimiento del territorio, debido a que su relación con éste se da en consonancia con su plan de vida. Para estas comunidades su relación con el agua, va dando forma al territorio hidrosocial, con distintas visiones sobre el agua como derecho y Bien Natural y Cultural Común y no como un simple “servicio ecosistémico” al servicio del capital corporativo financiero.

Desde la visión hidrosocial el territorio es “intercultural” donde existe una presencia significativa de comunidades indígenas (10%) y afrodescendientes (7 %) y un alto porcentaje de población campesina y mestiza (83 %) que desde sus prácticas han trasformado y apropiado el Macizo convirtiéndolo no solamente en un espacio clave por su riqueza natural y ambiental sino también por las prácticas culturales y encuentros interétnicos que se entretejen en el mismo. Estos grupos poblacionales poseen tierras muy ricas para la agricultura en ecosistemas muy frágiles, afectados por procesos de colonización y amenazados por la locomotora minera, la cual continúa avanzando como columna vertebral del modelo de desarrollo de Colombia.

La construcción social del territorio hidrosocial e intercultural significa potenciar la capacidad de auto organización y movilización en torno a Proyectos colectivos donde se reivindica el derecho al agua contra la creciente expansión de proyectos mineros, los cuales son uno de los factores que más está afectando y transformando las relaciones entre agua, sociedad y Estado en el Macizo, amenazando todo el potencial hídrico.  Es importante resaltar la apuesta por los Territorios Agroecológicos, las Zonas de Reserva Campesina o  los Cabildos Indígenas.

Desde el Movimiento Social Defensores del Territorio y Asoquimbo se viene impulsando una “Cumbre de Movimientos Sociales” en defensa de la Amazonía y el Macizo Colombiano que tiene como antecedentes recientes las resistencias sociales contra la privatización del río Magdalena materializada en acciones como “El Manifiesto de Unidad por la Defensa del Territorio” (mayo de 2013) donde uno de los compromisos fue defender el agua, el Macizo y las Comunidades; “El Río de la Vida”, movilización que realizamos en marzo de 2015  por la Defensa del Territorio,  el río Magdalena desde el Macizo Colombiano hasta La Dorada que incidió en la suspensión del Plan Master que contempla 17 represas,(7 más para el Huila) y en la aprobación de 11 Acuerdos municipales contra proyectos hidroeléctricos, de hidrocarburos y minería a gran escala y el Decreto 0489 de la gobernación del Huila “Por el cual se conforma la Mesa Temática para la protección del medio ambiente, el agua y el territorio”; Macroproyecto Acompañamiento al proceso organizativo de Defensa de la Cuenca del Río Magdalena para la garantía y restablecimiento de los - DESCA - de los afectados por la Política Minero Energética en la zona centro y Sur del Departamento del Huila; foros sobre Bonos Carbono y compra de tierras en el Macizo y acciones que lograron la suspensión del Plan Minero impuesto por la Agencia Nacional de Minería para el Huila, entre otros.

Desde las organizaciones sociales se está preparando de manera autónoma la Cumbre en Defensa de la Amazonía y el Macizo, por tanto, se rechaza cualquier convocatoria desde la institucionalidad cuya única pretensión es fortalecer las acciones propuestas en el Plan de Acción y Seguimiento (PAS) del CONPES para implementar las estrategias de mercantilización y militarización de la naturaleza a nombre de la lucha contra el “cambio climático”, en el marco del capitalismo verde.

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