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Miller Armín Dussán Calderón

DÍA MUNDIAL DEL AGUA: DE LOS BONOS AGUA A LOS BONOS CARBONO

DÍA MUNDIAL DEL AGUA: DE LOS BONOS AGUA A LOS BONOS CARBONO

La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas adoptó por resolución declarar el 22 de marzo de cada año El Día Mundial del Agua con el objetivo de generar conciencia acerca de la crisis mundial de este  recurso hídrico.

El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, establecido el 28 de mayo de 1985, por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas  define al agua como “el derecho de todos de disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal o doméstico”

Sin embargo, en la actualidad la humanidad atraviesa la crisis mundial del agua, debido en gran parte a los altos niveles de contaminación, a los efectos de la sobreexplotación de los Bienes Naturales Comunes, la superpoblación, la degradación medioambiental y, particularmente, a la distribución inequitativa del vital líquido.

El anterior panorama también se refleja en Colombia, porque el abastecimiento de agua potable y la prestación de los servicios de acueducto, alcantarillado, riego y drenaje, de acuerdo con la Ley 373 de 1994 no se reconoce el agua como derecho fundamental sino como un servicio y mediante la Ley 142 de 1994 se privatizó la gestión de los mismos, porque el sistema público encomendado al Instituto de Fomento Municipal (INSFOPAL) fue liquidado en 1989.

En la constitución de 1991 el agua tiene una connotación paradójica al concebirla como un derecho fundamental y al mismo tiempo como servicio público. Sin embargo, la gestión y el uso eficiente del agua como servicio se impuso a través, primero, la privatización o negación al acceso al agua como bien público en respuesta a las políticas neoliberales de la década de los 90 que redujeron el rol del Estado, y promovieron la lógica del mercado para regular la prestación de los servicios. Segundo, la mercantilización como un proceso que construye mercados para la compra y venta del líquido vital y, tercero, la financiarización del agua para proyectos extractivos minero energéticos y los agronegocios al servicio de las corporaciones transnacionales.

Las IFIs son las que han generado las condiciones suficientes para consolidar estos mercados. En el caso de América del Sur, en la época dorada de la privatización del agua, el Banco Interaméricano de Desarrollo (BID) condicionó el 66% de sus créditos en el sector agua, a la incorporación del sector privado.

La privatización de la gestión de los servicios públicos no previó que la corrupción también podría incubarse en los gestores privados.  Un caso escandaloso fue los “Bonos Agua” o “Bonos Carrasquilla” que se utilizaron entre 2008 y 2011 mediante los cuales inversionistas privados constituyen un patrimonio autónomo para prestarle el dinero a los municipios, con una tasa de interés muy elevada, que estos garantizan con los recursos del Sistema General de Participación.

A partir de 2012 varios municipios enfrentaron dificultades para atender el servicio de la deuda derivada de estos bonos. En 73 de los 108 municipios que utilizaron los bonos no se completaron las obras programadas. Los “municipios Carrasquilla” quedaron endeudados por 19 años, sin conexión domiciliaria al servicio de acueducto y sin acceso al servicio de alcantarillado sanitario y la Nación entró a pagar el exceso de la tasa de interés que favoreció al exministro Carrasquilla quien creó una empresa en Panamá llamada Konfigura, la cual sería la encargada de hacer la operación de los bonos.

Con la financiarización del agua pasamos de los “bonos carrasquilla” a los “bonos carbono” que convierten los Bienes Naturales Comunes, como el Agua, en mercancías bajo la nominación de “servicios ecosistémicos” o Pagos por Servicios Ambientales que es un instrumento perverso del capitalismo para la explotación y colonización del cli­ma al servicio de las transnacionales.

Un caso de extrema gravedad es convertir el Macizo Colombiano en un sumidero de carbono. Para la comercialización de estos bonos, CORMAGDALENA y la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena CAM vienen desarrollando el proyecto REDD Macizo como una estrategia de despojo de comunidades para la apropiación y control de este ecosistema, de Parques Naturales Regionales y Municipales, cuencas abastecedoras de Acueductos, zonas de páramo y bosques de niebla en la Cuenca Alta del Magdalena, para el negocio especulativo de los Bonos asociado al Plan Maestro de Aprovechamiento (privatización) del río Magdalena que incluye la construcción de represas y nuevos proyectos de minería a gran escala.

Los movimientos sociales deben intensificar las acciones de resistencia por la Defensa y permanencia en el Territorio como un motivo significativo en conmemoración del Día Mundial del Agua.

 

 

 

 

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