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Miller Armín Dussán Calderón

ARDE LATINOAMERICA: AGONIZA LA CIVILIZACIÓN GLOBALIZADA Y EXCLUYENTE

ARDE LATINOAMERICA: AGONIZA LA CIVILIZACIÓN GLOBALIZADA Y EXCLUYENTE

La Cumbre Climática -COP 25, convocada del 2 al 13 de diciembre en Chile, debió trasladarse a Madrid por el estallido social contra el modelo neoliberal que se impuso durante la dictadura militar de Pinochet y que hoy registra la mayor concentración de riqueza y desigualdad del mundo.

Durante la apertura del evento el Secretario General de Naciones Unidas, António Guterres, expresó que “si no cambiamos urgentemente la forma en que vivimos, vamos a poner en peligro la vida misma”. Paradójicamente, Endesa, la empresa que más gases de efecto invernadero emite en España, se destacó por ser una de las principales patrocinadoras de la COP25.

La cumbre ha sido un fracaso debido a que el borrador de acuerdo sobre el clima que se continua negociando ha sido considerado como una “traición para el futuro”, es injusto e inmoral y registra “una gran desconexión entre la ciencia, la urgencia climática y lo que los gobiernos están implementando, cuando las emisiones contaminantes están aumentando a una velocidad mayor de la calculada”, según el científico estadounidense  Alden Meyer, un experto en la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Mientras el mundo continuará en llamas debido a  la lógica de la acumulación ilimitada del capital  y la expansión de la civilización fundada sobre la economía de mercado, la exclusión y la inequidad que amenaza directamente la supervivencia de la vida en el planeta, arde Latinoamérica con la expansión de la rebelión social contra el neoliberalismo por la garantía de los derechos  sociales y económicos como  la salud y la educación de calidad, el futuro laboral, especialmente, de los jóvenes, el derecho a decidir los proyectos de vida y a preservar los ecosistemas amenazados por el extractivismo.

En Colombia, el Paro Nacional iniciado el 21N ha permitido avanzar en la articulación de las luchas de resistencia contra el extractivismo a nivel rural y urbano caracterizados por el despojo, el ecocidio para la acumulación de capital, cuya consecuencia ha sido el incremento de las víctimas del desarrollo.

No solo se despoja para imponer los proyectos minero energéticos y los agronegocios sino  para el reordenamiento de las ciudades como la especulación inmobiliaria, la entrega desproporcionada de tierras para emprendimientos y el consumismo, la crisis habitacional, el aumento de las inundaciones, la destrucción de humedales, bosques, todo en el contexto del modelo neoliberal que además se apropia de las rentas de los ciudadanos a través de la privatización y mercantilización del agua y de todos los bienes públicos.

El Paro ha logrado cuestionar las formas centralistas y jerarquizadas de organizaciones sociales y politicas, construyendo desde abajo diálogos horizontales y gestando organizaciones vecinales y barriales para la defensa de los espacios urbanos contra la mercantilización de los mismos y la vida de los ciudadanos.

Después del 21N se venció el miedo y se enfrentó el vandalismo informático y la violencia institucional con las más creativas formas de organización y de expresión cultural y artística, acumulando fuerzas contra el capital corporativo y el neoliberalismo que identifica a todas las resistencias en América Latina y, particularmente, las chilenas.

2019 será recordado como la irrupción de las resistencias en América Latina con la esperanza de dar sepultura a la agonizante civilización globalizante y excluyente del  capitalismo y evitar la destrucción de la vida en el Planerta.

En el 2020 se profundizarán las acciones de resistencia donde reside la esperanza de vivir dignamente en armonía con la naturaleza.

 

 

 

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